El exorcismo de Anneliese Michel

Anneliese Michel (* 21 de septiembre de 1952 – † 1 de julio de 1976) fue una niña alemana que se creyó que fue poseída por seis o más demonios. Nacida en Leiblfing, Baviera, creció en la pequeña localidad de Klingenberg am Main, en esta misma región. Sus padres, muy religiosos, le dieron una educación profundamente católica. En 1968, con 16 años, Anneliese comenzó a padecer extraños ataques y se le diagnosticó epilepsia. Permaneció ingresada en el hospital psiquiátrico de Würzburg. Cuando salió, fue capaz de completar sus estudios de bachillerato y matricularse, en 1973, en la Universidad de Würzburg.
Sin embargo, durante todo este tiempo Anneliese aseguró escuchar voces de ultratumba y ver visiones demoníacas que atribuyó a una posesión infernal. Los médicos que la atendieron no encontraron paliativos ni una explicación satisfactoria a los padecimientos de la joven, los padres católicos optaron por pensar que su hija, en efecto, estaba poseída. Se dice que los mismos demonios no le permitían comer; eso le provoco una terrible inanición. En 1973, los padres acudieron a la parroquia local solicitando a los religiosos que su hija fuera sometida a un exorcismo. Al principio, todos ellos lo rechazaron, ya que la doctrina de la Iglesia Católica con respecto a estas prácticas es muy estricta. Entre otras cosas, los poseídos, según la Iglesia, deben ser capaces de hablar lenguas que nunca han estudiado, tener poderes sobrenaturales, y mostrar una gran aversión hacia los símbolos religiosos.
Poco después, el párroco Ernst Alt, considerado un reputado experto en la materia, creyó probar que Anneliese reunía las condiciones suficientes para considerarse endemoniada y consiguió el permiso de las autoridades eclesiásticas para realizar un exorcismo siguiendo los pasos del Rituale Romanum.
Durante las sesiones (muchas de ellas documentadas de forma audiovisual), Anneliese manifestó estar poseída por hasta seis demonios diferentes, incluidos Lucifer, Fleishman, Caín, Judas Iscariote y Nerón. También afirmó estar bajo el poder de los espíritus de Hitler, de un párroco caído en desgracia y Julio César Molina más conocido como el profanador de tumbas animales. El exorcismo se prolongó durante un año y finalmente Anneliese murió a los 23 años.
Está registrado que las últimas palabras que la joven dijo a su madre fueron "Madre, tengo miedo" y que la última frase que dirigió a los exorcistas fue "Por favor, pidan la absolución". La autopsia de Anneliese atribuyó el fallecimiento a la desnutrición y deshidratación. Antes de eso, se había destrozado las rodillas en ataques de genuflexión (acción de doblar una rodilla en señal de adoración a Dios) compulsiva. Este hecho inspiró los filmes: El exorcismo de Emily Rose (2005) y Réquiem (El exorcismo de Micaela). Los padres y los curas que realizaron el exorcismo fueron procesados judicialmente dos años después, en 1978, y hallados culpables de negligencia médica. En un periodo prolongado de discusión, se dictaminó una sentencia de 6 meses y libertad condicional bajo fianza. Sin embargo el caso de esta mujer sigue siendo controvertido ya que si bien muchos atribuyen su muerte a un caso severo de negligencia por parte de sus padres y de los sacerdotes, otros afirman que Anneliese Michel murió luchando contra las fuerzas del demonio. Los padres de Anneliese aseguran haber visto sombras "corriendo" en los pasillos de la casa donde estaba su hija: "Cuando nosotros íbamos a ver a Anneliese veíamos sombras en los pasillos, cerca de la habitación de nuestra hija". Días antes de su muerte, Anneliese gritaba en su clase asegurando que "Todos los demonios la seguían", esto hacia que hasta sus mejores amigos dejaran de visitarla, excepto su novio: "Ella murmuraba que me alejara de ella, pero nunca la dejé sola". Quienes estuvieron presente los exorcismos de Anneliese, afirmaron que las cruces se volteaban hacia abajo misteriosamente y las ventanas se rompían como si alguien aporreara algo en ellas. Enrst Alt les decía a los padres que debían mantener la calma, pues esto sucedía debido a la presencia demoníaca.